En esta reflexión, semejante a la relación económica que se establece entre oferentes y demandantes, se aprecia la relación en la cual, los alumnos, que realizan, ya sea ellos o sus respectivas familias, una inversión por la cual, el profesor o maestro, ofrece sus conocimientos a cambio de su respectivo salario. A su vez, este tipo de servicio ofrecido no se puede ofrecer igual a cada alumno, pues cada ''cliente'' es un mundo distinto, ahí entra en juego la creación de un ''producto personalizado''.
Esta ''visión economista'' del proceso de aprendizaje, sirve para poner de relieve una vez más la importancia del profesor en el proceso de aprendizaje de los estudiantes y de cómo sería la forma ideal desde esta perspectiva, una forma ideal que se corresponde con la propugnada por el Coaching,