En una publicación anterior del Blog me remitía a los tipos de
esquemas, a fin de saber diferenciarlos para estructurar la información más
importante y saber cuál es más aconsejable para cada caso. Si bien, si no
sabemos que información es la más importante, ¿Cómo vamos a rellenar estos
esquemas?
Tanto en este como en futuros artículos me dispongo a dar una
serie de pautas que, espero, sirvan para conseguir la información más
importante del contenido a estudiar en el orden o prioridad que se merecen, a
fin de evitar perder el tiempo estudiando datos innecesarios. Uno de los
métodos más eficaces para ello consiste en la técnica del subrayado, en la cual
nos vamos a centrar.
Antes de llevar a cabo la actividad del subrayado, es necesario
realizar una lectura profunda del texto, reflexionando sobre el mismo, interiorizándolo
y familiarizándonos con él. Es más fácil ver lo esencial en lo que conocemos
que en lo desconocido.
En primer lugar, y a la hora de subrayar,
hay una serie de elementos que sí que hay que subrayar y otros que no:
SI HAY QUE SUBRAYAR
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NO HAY QUE SUBRAYAR
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· Títulos.
· Definiciones.
· Términos a conocer, propios del tema que se
está estudiando.
· Fechas.
· Siglas o abreviaciones de términos o
instituciones.
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· Ejemplos.
· Repeticiones de información (Aunque hay que
considerar remitirse a estos datos si son de utilidad).
· El conjunto de frases y/o expresiones que
sirvan para decorar el texto, cargándolo y llenándolo de literatura, pero que
no son de utilidad real.
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En
próximas publicaciones del Blog me dedicaré a seguir trabajando la tarea de
subrayar, a fin de conseguir la correcta realización de una tarea de vital
importancia.