Continuando con el tema ya empezado, planteo ahora una guía para
padres cuyos hijos se ven afectados por el TDAH. Si bien la guía de la
Asociación Elisabeth D'Ornano pone de relieve una reflexión que considero
importante y que reafirma el propósito de estos artículos. La reflexión es la
siguiente: ''Depende en gran medida de la familia y del colegio que el
trastorno (TDAH) cree los menos problemas posibles y se convierta en una
característica más del niño, o que, al contrario se transforme en una
''zancadilla'' permanente para su desarrollo''.
En primer lugar, expongo una serie de
Guías las cuales exponen información de utilidad, repleta de consejos dirigidos
a los padres, con valioso contenido:
El conjunto de consejos que proponen estas
guías para los padres son muy amplios, pasando de cómo afrontar el diagnóstico
a cómo tratar las relaciones con su entorno, ya sean los propios padres,
hermanos, compañeros de clase, etc... A continuación recojo algunos de ellos:
1.
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En primer lugar, a la hora de afrontar el diagnóstico, es
fundamental conocer el abanico de posibles reacciones comunes por parte de
los padres (Desconcierto, negación, enfado, culpa...) a fin de evitar
canalizar estas reacciones de forma negativa hacia el hijo, complicando la
relación paterno-filial. Es necesario afrontar con una actitud positiva el hecho,
informándose al máximo al respecto. Hay que tener claro que este hecho no va
a impedir que el hijo no llegue a completar con éxito los estudios, sino que
le va a llevar más esfuerzo que al resto de los estudiantes.
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2.
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Una vez asimilado el hecho, es necesario comprender al hijo y
tratar de aumentar la autoestima del mismo, ya que los TDAH suelen mostrar
una baja autoestima. Para ello se recomienda la alabanza de aspectos
positivos, la entrega de premios y recompensas por el trabajo bien hecho...
Cuando el hijo muestra un comportamiento inadecuado, ignorarlo en la medida
de lo posible, pues es una forma de llamar la atención y hacer uso de
técnicas de aislamiento, como el castigo en un rincón durante unos minutos
tras un comportamiento inadecuado. A su vez, es recomendable, a fin de lograr
que el hijo obedezca, lanzar órdenes y consejos de forma simple, asegurarse
de que han sido comprendidos, la realización de actividades por pasos... La
organización, haciendo uso de alarmas, horarios, calendarios, rutinas,
estableciendo lugares para realizar cada actividad...
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3.
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A la hora de considerar las notas o calificaciones del TDAH, es
necesario centrarse más en el esfuerzo que en el resultado, premiando el
trabajo, haciéndole saber lo que se espera de él, y haciendo partícipe al
profesor, explicándole el caso al iniciarse el curso, a fin de lograr su
implicación.
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4.
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En cuanto a las relaciones, se recomienda la práctica de una
actividad deportiva y la implicación del mismo en actividades grupales.
Eventos que permitan el aprendizaje del hijo sin que este se aburra, con
visitas culturales. A su vez, respecto a los hermanos del TDAH, hay que tener
claro que no necesitan la misma dedicación de tiempo que el TDAH, no
obstante, hay que evitar desatenderlos en exceso, y hacerles saber por qué su
hermano/a recibe más atención que ellos.
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En el próximo artículo, expondré una guía
para los propios TDAH, poniendo de forma provisional fin a este tema, si en el
futuro encuentro nuevos datos o información relevante o digna de mención, me
referiré a ellos con la consiguiente reflexión.